Cómo es el perfil del inversor inmobiliario en Córdoba

Este año, tanto el sector público como el privado se encuentran trabajando activamente en estrategias para la ansiada reactivación económica. La inversión inmobiliaria puede ser una de las claves de la economía pospandemia, en un mercado que tradicionalmente ha sido protagonista central de los años florecientes de la actividad económica del país. En general, la apuesta por el ladrillo es la que mayor estabilidad y rendimiento ha tenido en Argentina en las últimas décadas. 

Además de la solidez que ha demostrado tener la inversión inmobiliaria en nuestro país, los desarrolladores coinciden en que la inversión en ladrillos está muy arraigada en la idiosincrasia argentina, ya que se lo considera un resguardo de valor frente a las continuas crisis. 

Operaciones y clientela

“En el último año hemos concretado muchas operaciones de compraventa de inmuebles, ya que se pudo trasladar a los clientes la baja en los costos de la construcción. Esto hizo que, aunque la renta no sea muy significativa, el inversor apueste a comprar unidades entre un 20 y 30 por ciento menos en dólares de lo que estábamos manejando en los últimos años”, dice José Francisco Srur, vicepresidente de la firma JB Srur

Según el directivo, el perfil del inversor es variado: la vuelta del campo, comerciantes del interior y ahorristas, entre otros. La mayoría de estas ventas han sido para emprendimientos en construcción, dado que se pueden conseguir excelentes ubicaciones con financiación propia en pesos hasta la posesión del inmueble. “Esta misma baja en los precios ayudó a definir a quienes estaban buscando su futura vivienda: de repente, se encontraron con valores que hacía mucho no se veían y no perdieron la oportunidad de concretar”, remarca Srur.

A la caza de oportunidades

Paolo Vieyra, director de Grupo Nova, reflexiona: “siempre recuerdo una frase célebre que dice que en tiempos de crisis algunos lloran y otros venden pañuelos.  Sin duda, la coyuntura entre el Covid-19 y nuestros temas internos de siempre abrieron una nueva y gran oportunidad para invertir en inmuebles. No sólo se centró en la clase alta o ABC1, también aparecieron pequeños inversores y ahorristas en busca de buenos negocios”. 

La fuerte caída de la demanda en 2020, el coronavirus, la abundancia de oferta y la suba del dólar informal hicieron un combo perfecto para que los precios se desplomen: bajas que promedian un 20 por ciento en dólares motivaron a los inversores de siempre (ABC1) a seguir capitalizándose en inmuebles con dólares en mano (un bien preciado)y aprovechando en algunos casos financiaciones en pesos hasta en 30 o 40 cuotas en un producto que cuando sale a la venta se cotiza en dólares billete. 

Por otro lado, el ahorrista e inversor (de clase media alta) que esperaba juntar entre 70 y 75 mil dólares para invertir en una propiedad de un dormitorio, por ejemplo, en barrio General Paz, se encontró con una oportunidad única: la oferta que parecía ridícula hace tiempo atrás es hoy el precio de venta de ese mismo departamento, entre U$S 58 y 60 mil promedio. 

“El perfil de inversor en inmuebles hoy es variado: el mismo de siempre, que con el flujo de capital de su empresa hace negocios inmobiliarios y el destino generalmente es salir y entrar en otro para hacer crecer su capital apostando a un recupero del mercado y suba de precios; y el ahorrista, que vio una muy buena oportunidad de adquirir un inmueble y lo destina a la renta o uso familiar en algunos casos”, describe Vieyra. 

Desde Sebastián Menéndez Negocios Inmobiliarios destacan que cuentan con dos perfiles de clientes:  aquellos que llaman por primera vez son los que buscan comprar su casa propia y están interesados en alguna vivienda de las que tienen en cartera; por ende, buscan coordinar una visita a la propiedad y asesoramiento, ya sea para la compra de esa propiedad o alguna otra que sus especialistas consideren que está dentro de las necesidades, zonas y presupuestos que ellos pretenden. 

“En la mayoría de los casos, luego de la primera operación cerrada con nosotros se fideliza el cliente y luego surgen nuevas oportunidades. Y tenemos otro segmento de clientes que ya operan con la inmobiliaria desde hace años, que son inversionistas a los que llevamos el negocio para que sigan creciendo en inversiones y aumenten su renta. En ambos casos, ya sea el cliente que se contacta por primera vez o aquel que ya está operando con nosotros, son de un segmento socioeconómico de clase media alta o alta. Creemos que es debido a la zona en la que nos desarrollamos, ya que son viviendas de categoría y que se encuentran en una zona de alto nivel adquisitivo”, concluye Sebastián Menéndez, titular de Sebastián Menéndez Negocios Inmobiliarios. 

 

“En el último año hemos concretado muchas operaciones de compraventa de inmuebles, ya que se pudo trasladar a los clientes la baja en los costos de la construcción” explica José Francisco Srur (vicepresidente de la firma JB Srur). 

Este año, tanto el sector público como el privado se encuentran trabajando activamente en estrategias para la ansiada reactivación económica. La inversión inmobiliaria puede ser una de las claves de la economía pospandemia, en un mercado que tradicionalmente ha sido protagonista central de los años florecientes de la actividad económica del país. En general, la apuesta por el ladrillo es la que mayor estabilidad y rendimiento ha tenido en Argentina en las últimas décadas. 

Además de la solidez que ha demostrado tener la inversión inmobiliaria en nuestro país, los desarrolladores coinciden en que la inversión en ladrillos está muy arraigada en la idiosincrasia argentina, ya que se lo considera un resguardo de valor frente a las continuas crisis. 

“Se abrió una nueva y gran oportunidad para invertir en inmuebles. No sólo se centró en la clase alta o ABC1, también aparecieron pequeños inversores y ahorristas en busca de buenos negocios”, destaca Paolo Vieyra  (director de Grupo Nova). 

 

Zonas, potencialidades y desafíos a futuro

Según Paolo Vieyra (Grupo Nova), en Nueva Córdoba el inversor estrella sigue siendo la gente del interior y de otras provincias, si bien de a poco ese mismo público se está volcando a General Paz. 

“Sin duda, ese barrio pasó a ser uno de los más exclusivos en desarrollos en altura, con departamentos muchos más amplios, ambiciosos espacios comunes y rentabilidades más altas. Hoy, el inversor de la ciudad de Córdoba prefiere General Paz como inversión”, remarca el directivo. 

En general, los referentes del sector coinciden en destacar que si la actual coyuntura ya ofrece oportunidades de interés, eso podría potenciarse en el mercado pos-cuarentena, especialmente para aquellos inversores que poseen los dólares disponibles para volcarlos al Real Estate. 

A mediano y largo plazo, asimismo, se remarca el desafío pendiente en términos de las herramientas de financiación con las que cuenta actualmente Argentina y las que restaría sumar a efectos de generar un mercado más dinámico, que pueda ya no sólo incentivar la reactivación pos cuarentena sino desplegar todo el potencial de la actividad para el beneficio común. 

La coyuntura ofrece oportunidades de interés y eso podría potenciarse en el mercado pos-cuarentena, especialmente para los inversores que poseen  dólares disponibles.  

“En nuestro caso, ya sea el cliente que se contacta por primera vez o aquel que ya está operando con nosotros, son de un segmento socioeconómico de clase media alta o alta”, comenta Sebastián Menéndez  (titular de Sebastián Menéndez Negocios Inmobiliarios).